El colágeno es una proteína que se encuentra de forma natural en piel, huesos y articulaciones, pero cuya producción disminuye a partir de los veinticinco años.
Al comenzar esa degradación, puede verse acelerada por diversos factores —sobrepeso, consumo de alcohol, tabaquismo— y por seguir una dieta rica en azúcares y pobre en proteínas, minerales y antioxidantes.
Debemos saber que un 70% de nuestra piel es colágeno.
El colágeno se obtiene básicamente a través de los alimentos. Para sacar el mayor provecho de ellos, debemos estar informados para saber dónde, cuándo y cómo consumirlos.
Entre las carnes que contienen gran concentración de colágeno se citan el pollo, el cerdo, el buey, el pavo y la vaca, de los que salen todo tipo de productos con el mayor contenido en colágeno. También podemos encontrarlo en:
- Pescados: sobre todo el atún y el salmón. Tienen una menor proporción comparado con las carnes, aunque tanto el atún como el salmón, por ejemplo, mantienen una importante cantidad de colágeno. Además, tiene otros numerosos beneficios ya que también contienen omega-3, que nos aporta elasticidad en la piel y el pelo.
- Huevos: sus membranas, tanto internas como externas, tienen colágeno, así como la parte de la yema. Junto a otros nutrientes que participan en la formación proteica, como la vitamina E o el azufre, al consumir huevos se gana fuerza y elasticidad en la piel.
- Lácteos: aunque tengan más grasas, su alto contenido en colágeno, al igual que gran cantidad de otras proteínas, supone un beneficio para la regeneración de la dermis.
- Frutos secos: las almendras, nueces y muchos otros tienen alta proporción de colágeno, además de omega-3, 6 y 9..
- Gelatina: prácticamente el 90% de ella se deriva del colágeno, por lo que es un complemento ideal en tu dieta y apenas tiene calorías.
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