Su nombre genérico, aloe, proviene del término árabe «alloeh»,que significa sustancia brillante y amarga. Se lo denomina también con el nombre de sábila. Esta y otras variantes se deben a la deformación del vocablo árabe «cabila», que significa planta espinosa.
Fue introducida en el continente americano por Cristóbal Colón debido a que se utilizaba como medicina para su tripulación. En esos años, España ya tenía plantaciones considerables de este vegetal, probablemente dejadas como herencia de la invasión musulmana.
El aloe vera, durante siglos, fue utilizada por sus propiedades medicinales y terapéuticas, sin ningún entendimiento claro o análisis científico de cada una de sus propiedades. En la actualidad, se usa en muchos lugares del mundo, incluso en la medicina moderna, para tratar múltiples enfermedades, además de ser utilizada en la industria cosmetológica, farmacéutica y alimentaria.
Los beneficios de esta planta maravillosa:
- Es hidratante,
- Relajante,
- Suavizante,
- Emoliente,
- Desinfectante,
- Cicatrizante,
- Antibiótica, bactericida, anti-inflamatoria y refrescante.
El aloe vera es perfecto para combatir el estreñimiento, la colitis, la digestión, las varices, la presión alta y la anemia. Ayuda a estimular la segregación de insulina, trata la hipertensión y mejora la circulación de la sangre. La parte interior —es decir, el jugo puro del aloe vera— es eficaz para sanar heridas y quemaduras solares leves.
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